viernes, 16 de septiembre de 2011

Campaña de basura cero

Campaña de basura cero
Fuente: MATKEI

Ing. Agr. Fernando Díaz Shenker

El equilibrio entre la calidad ambiental como intención o anhelo humano, en contraposición a la contaminación ambiental, que la impacta en forma negativa y la deteriora con sus nocivos efectos sobre el aire, el agua y en definitiva sobre la salud de las personas, es uno de los actuales problemas al que se enfrentan las sociedades, principalmente urbanas de los diversos países del planeta. En este material, se presenta a las campañas de Basura Cero como una estrategia con metas concretas de reducción de residuos.

Por otra parte, la vida en los centros urbanos, ante todo, exige de sus habitantes el respeto, la responsabilidad y el cuidado del ambiente en el cual en definitiva todos sus habitantes se desenvuelven. En este sentido, la generación y tratamiento de las basuras es uno de los ejes centrales de todo programa que apunte a mantener limpios y libres de basuras o residuos, las ciudades, barrios, esquinas y otros puntos geográficos de tránsito humano.

LA REALIDAD
En teoría, una de las formas más efectivas o prácticas de elevar la calidad ambiental de los entornos urbanos principalmente es a través de campañas educativas dirigidas a la población, pero bien realizadas y acompañadas de programas de seguimiento que, en definitiva, orienten los esfuerzos de la sociedad a la menor producción de basuras; a la clasificación, envasado y recolección de los diferentes tipos de desechos que se generen; y a su posterior procesado o reciclado por parte de empresas procesadoras autorizadas, sean privadas u oficiales, que cumplan con las normativas requeridas para esta actividad. No obstante, en la práctica, la problemática sanitaria y ambiental que generan las basuras no es tan simple de solucionar. Al aumento de la densidad de población y consumo de las sociedades actuales, le sigue la generación de un mayor volumen de residuos, lo que eleva el peligro de contaminación y degradación de los recursos naturales (agua, aire, suelo). Esto ocurre en Paraguay, como en otros países, donde se puede observar a diario cómo las bolsas mal acondicionadas, rotas o abiertas, a veces con fluorescentes y vidrios rotos; hierros, partes de computadores, celulares, pilas; envases y bolsas de plástico, bandejas de poliestireno, hasta restos de productos industriales, de comida, pañales, latitas de bebida, cajas de cigarrillos y otros se colocan en las canastas; o en las veredas, esquinas y en improvisados vertederos abiertos, en cualquier punto a lo largo incluso de las principales avenidas. A lo anterior, se suma el barrido de las veredas y de los locales comerciales muchas veces mal realizado, pues no se recoge la basura y el polvo, después de elevarse, si es que no hay viento, termina por acumularse en la vereda del local o domicilio vecinos, trasladando tan solo el problema a solo metros de distancia.

QUÉ ES BASURA CERO
Basura Cero se refiere a las campañas y programas que ya se aplican en diferentes países, para disminuir la basura que se deposita en vertederos, o en espacios abiertos (o se incinera), y en los que se establecen metas concretas de reducción de residuos.

Se trata de un concepto y una política integral de manejo de residuos que se orientan a reducir progresivamente la acumulación, el enterrado y la quema de basuras urbanas, hasta llegar teóricamente a cero; o sea a una ausencia total de las mismas.

El concepto surge de los modelos de “cero defectos” de la industria japonesa y de “reciclaje total”, que comenzaron a utilizar especialistas estadounidenses en la década del 80. Más tarde, Canberra, la capital de Australia, fue la primera ciudad en aplicar este programa en 1995 bajo el lema “Ningún desecho en el 2010”.

Toda campaña de Basura Cero incorpora medidas de carácter sustentable y ambiental, a lo largo de toda la cadena de producción de un alimento, producto u otro de consumo incluyendo los electrónicos, básicamente con dos propósitos: Disminuir en forma radical la cantidad y toxicidad de los residuos que se generan; y atender a que todo lo que se deseche, de una forma segura y no contaminante, retorne al ciclo productivo o a la naturaleza. De este modo, un plan de Basura Cero atiende el problema de los residuos, ya desde su origen, centrándose no solo en el tratamiento de los residuos para ser reciclados, sino en recuperar mediante reciclaje u otros procesos, el material orgánico (restos vegetales y de comidas, por ejemplo) que pudiere existir en las basuras. También forma parte de una campaña de Basura Cero, lo relacionado al empleo de materiales reciclables, como las bolsas biodegradables de plástico que ya son utilizadas en el país por comercios y cadenas de supermercados; también el utilizar nuevos modelos de envases de una mayor vida útil, así como difundir y utilizar productos reciclados a diferentes niveles de participación ciudadana, como es el caso de los electrónicos en general. Por lo expuesto, se trata además, de una de las estrategias más efectivas y económicas para mitigar los efectos del cambio climático.

UN EJEMPLO
La materia orgánica de los residuos vegetales (hojas, ramitas, raíces tiernas) que provienen de las podas de árboles urbanos en parques y paseos centrales, plazas y jardines, junto al descarte frutas y verduras de los mercados, pueden aprovecharse, entre otros, como fuente de abono orgánico (compost) para huertas y jardines; con lo cual se disminuye su volumen y se evita su arrojado en vertederos o basurales a cielo abierto, lo que a la vez reduce los focos de contaminación por plagas, contribuyendo así a la salud humana. Desde el punto de vista ecológico y biológico, la materia orgánica que se produce de esta forma favorece el crecimiento óptimo de las plantas, mejora el nivel de fertilidad natural y la estructura de los suelos.

CONCLUSIÓN
La implementación de un programa de Basura Cero requiere la activa participación y un cambio de actitud tanto de los gobiernos municipales como de las empresas y de la sociedad civil acerca de qué es basura y qué utilidades puede tener en los ciclos productivos agropecuarios, industriales y familiares. Para ello, es necesario crear una conciencia de sustentabilidad ambiental, considerando la basura como un recurso, no como un problema que hay que arrojar en cualquier parte, enterrar o quemar.

(*) Especialista en Comunicación Rural.
fuente: ABC Color
9 de Agosto de 2011  

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